De acuerdo con el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), 9 de cada 10 mexicanos padecen caries o enfermedad de las encías (periodontal). Esta situación se atribuye a elevado consumo de alimentos con azúcar refinada, falta de higiene y deficiente cepillado.
Se estima que en México 70% de menores de 18 años y 5 de cada 10 niños mayores de 3 años presentan enfermedades odontológicas, mientras que 8 de cada 10 adultos mayores de 60 años sólo tienen 10 piezas dentales. Por ello, el Dr. Leopoldo Becerra Posada, odontólogo adscrito al Hospital Médica Sur, en la Ciudad de México, afirma en entrevista que las enfermedades dentales son un problema de salud pública al que no se le ha otorgado la importancia debida.
Además, reconoce que el panorama empeora porque la gente relaciona a los dentistas u odontólogos con el dolor. “Las personas llegan al consultorio cuando ya tienen caries graves que muchas veces requieren la extracción de dientes. Esta situación podría evitarse al acudir a revisiones periódicas, y no hasta que los padecimientos están muy avanzados”.
Por malos hábitos
“Todos los mexicanos han sufrido caries o alguna lesión en la boca desde edad temprana”, asegura el Dr. Heriberto Vera Hermosillo, director del Programa Nacional de Salud Bucal que coordina la Secretaría de Salud de México, y agrega que el problema aumenta con la edad, pues a los 12 años se tienen, en promedio, dos piezas dañadas; los adultos de 44 años poseen 15, y los de 65 años, 17 de un total de 32 que integran la dentición definitiva (incluyendo los terceros molares o “muelas del juicio”).
Por su parte, el Dr. Becerra Posada opina que “lo más grave es que hay gran cantidad de personas de 25 a 35 años que son edéntulas (sin dientes), cuando los dientes deberían permanecer toda la vida. Incluso, la necesidad obligó a que en el Distrito Federal se estableciera un programa de prótesis dentales para ciudadanos a partir de 60 años de edad”.
Lo anterior, sin duda, responde a falta de cultura de prevención y cuidado de la salud dental por parte de los padres de familia. Desde la experiencia del Dr. Becerra Posada, el problema también involucra la formación de especialistas: “En las 60 universidades del país, de donde egresan cirujanos dentistas, no se enseña a los alumnos a prevenir las caries y problemas de encías, sino a atacar la enfermedad”.
A su vez, la odontóloga Martha Elena Rivera Badillo, del Hospital General de Zona y Unidad de Medicina Familiar No. 26 del IMSS, localizado en la Ciudad de México, señala que la enfermedad periodontal (inflamación de encías) se origina por falta de higiene, ya que los alimentos se depositan entre encías y dientes, lo que produce inflamación, lesión del hueso, movilidad en las piezas dentales y, por ende, la pérdida de éstas.
Asimismo, el envejecimiento puede producir cambios en la estructura y funciones de la cavidad bucal, como disminución del gusto, boca seca, reducción del tejido nervioso y de vasos sanguíneos, que provoca mayor sensibilidad. Sin embargo, los odontólogos rechazan que la pérdida dental se deba al avance de la edad, pues el diente es el tejido más duro del organismo humano y no tiene por qué desprenderse, salvo ante graves problemas bucales o accidentes.
Dicho deterioro en los adultos mayores se debe a que, a lo largo de su vida, han cuidado mal su salud bucal. Destaca, principalmente, la falta de higiene que desencadena caries y enfermedad periodontal. En consecuencia, 80% de las personas de este grupo de la población sólo cuentan con 10 piezas dentales, por lo que al llegar a los 70 años ya no pueden masticar.
Tal pérdida no sólo desajusta la dentadura, sino que también afecta la digestión, ya que los alimentos deben ser masticados entre 20 y 30 veces e integrarse adecuadamente con la saliva. Al no ser así, se obliga al estómago a realizar la función de la boca.
¡Cuidado!
Tome en cuenta que la enfermedad periodontal empieza afectando sólo la encía (gingivitis) y tras largo periodo se acumulan bacterias, cuyas toxinas perjudican el diente hasta generar su pérdida. “El tiempo de desarrollo del padecimiento varía entre 20 y 30 años, y en estos casos es posible que la persona sufra destrucción gradual de su dentadura”, señala la Dra. Rivera Badillo.
Enfatiza que de no atenderse de manera oportuna, la enfermedad periodontal favorece trastornos respiratorios o gastrointestinales, derrames cerebrales e, incluso, falla cardiaca.
“Junto a los problemas de encías se registran altos niveles de componentes inflamatorios bacterianos, como las endotoxinas, las cuales circulan en el torrente sanguíneo y llegan a órganos como el corazón o cerebro, y a los sistemas gástrico y respiratorio”, explica. Al respecto, estudios científicos han encontrado algunas bacterias similares en pacientes que han tenido falla cardiaca y enfermos periodontales.
En acción
Otro experto, el Dr. Jesús Pérez Domínguez, responsable de los Programas de Salud Bucal del IMSS, coordinados desde la Ciudad de México, destaca que dentro de los Programas Integrados de Salud de dicho organismo (PrevenImss) se contemplan tres acciones para la atención de la salud bucal.
La primera consiste en enseñar a detectar la placa dentobacteriana (bacterias que habitan la boca y pueden generar daño a dientes y encías), la segunda en mostrar la correcta técnica del cepillado, y la tercera, a partir de los tres años de edad, en aplicar flúor, elemento que ayuda a fortalecer las piezas dentales.
Cuando los pacientes asisten a consulta, se les proporciona cepillo dental y pastilla “reveladora” de color rosado que, al diluirse en la boca, muestra las zonas bucales que tienen placa dentobacteriana, ya que se tiñen.
“Es muy importante realizar cepillado dental adecuado después de cada comida, el cual debe ir de la encía al borde libre del diente, para arrastrar los restos de alimentos. Además, el uso del hilo dental y enjuague bucal es altamente recomendable para eliminar el mayor número de residuos”, añade.
Es aconsejable que todas las personas, en especial los adultos mayores, incluyan revisión odontológica en su chequeo anual y, si usan prótesis dental, que dicho examen sea cada seis meses o en el momento que aparezcan molestias, a fin de evitar complicaciones.
FUENTE: saludymedicinas.com.mx