Dientes separados

Dientes separados

Es habitual ver a los más pequeños con cierta separación en sus dientes de leche, sobre todo en los incisivos superiores frontales (conocidos comúnmente como paletas).

Sin embargo, también hay personas adultas que tienen diastemas en la dentición permanente.

La apariencia que otorga este característico espacio entre los dientes puede ser percibido como un rasgo dulce y aniñado, llegando incluso a adquirir la categoría de moda.

Para otros, por el contrario, supone un defecto estético y un complejo físico que prefieren corregir.

Si quieres saber qué tratamientos son los más indicados para corregir los diastemas, sigue leyendo.

¿Por qué tengo un diastema?

Es importante recalcar que por diastema entendemos cualquier separación entre dos piezas dentales.

Como norma general, asociamos la idea de los dientes separados exclusivamente a las paletas, precisamente por ser estas las piezas dentales más visibles.

No obstante, cualquier par de dientes puede presentar un hueco.

Existen tres causas principales que crean espacios interdentales y para cada una existe un tratamiento específico.

Anomalías del frenillo labial y lingual

En la cavidad oral tenemos dos frenillos, cada uno situado en una parte de la boca.

Son unas membranas que permiten el movimiento de diferentes partes de la anatomía bucal: la lengua y los labios.

Si el frenillo labial situado en la parte superior de la boca ha tenido una anomalía en su desarrollo y ha crecido más de lo debido, puede generar problemas.

La principal consecuencia es la presencia de diastemas.

La separación entre los dientes en estos casos se debe a que el frenillo ocupa parte de la encía, interponiéndose entre los incisivos centrales superiores y, por tanto, impidiendo que ambos se junten.

Igualmente, es posible que el frenillo labial inferior tenga un tamaño mayor de lo normal y de lugar a dientes separados, aunque no es tan habitual.

En menor medida, pero también con alguna posibilidad, una persona con frenillo lingual corto puede presentar algún diastema en los incisivos inferiores.

Desproporción entre el tamaño del hueso maxilar y los dientes

En este supuesto, también el excesivo desarrollo de una parte de la boca es el origen de los diastemas.

En concreto, sucede cuando el hueso maxilar es demasiado amplio en comparación con el tamaño de las piezas dentales, por lo que no pueden ocupar todo el ancho del hueso.

Lo común en estos casos es que la separación sea generalizada y no esté presente en un único par de dientes.

Succión o empuje de la lengua contra los dientes

Por simple hábito, es factible que una persona presione en exceso la lengua contra los dientes de forma prolongada en el tiempo.

Es un gesto que aparentemente parece inofensivo pero, verdaderamente, conlleva unas consecuencias negativas.

Debido a la presión de la lengua, las piezas dentales se van moviendo de manera paulatina hasta separarse entre ellas.

Hay personas que hacen presión no por costumbre, sino por tener la lengua demasiado grande (macroglosia).

Fuente: https://www.clinicaferrusbratos.com/

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