Seguro que has oído que hay que lavarse los dientes después de cada comida un mínimo de tres veces al día.
Y es que la higiene oral es la base de la salud de nuestros dientes y encías, por lo que es un aspecto que no debemos descuidar.
No obstante, en ocasiones resulta imposible cumplir a rajatabla esta recomendación, ya sea por estar fuera de casa, en el trabajo o por cualquier otro motivo.
Si es tu caso, hay una recomendación que siempre hacemos a nuestros pacientes: nunca olvides el cepillado nocturno, pues es el más relevante de todos.
Te explicamos el por qué: la saliva es un componente que nuestro organismo genera de manera natural y que ayuda a regular la presencia de bacterias en nuestra boca.
Durante la noche generamos menos saliva, por lo que la cavidad oral está expuesta a más agentes patógenos.
Para el resto del día, y si no podemos acceder a la higiene con el cepillado, resulta beneficioso enjuagarnos la boca con agua después de comer.
Igualmente, y siguiendo con la explicación de las ventajas de la saliva, es posible tomar caramelos de xilitol, que propicia la segregación salival y protege las piezas de las caries.
La importancia de la pasta de dientes
Los dentífricos aseguran que la higiene bucodental resulta efectiva, pues arrastra los restos de alimentos de los dientes y nos deja un aliento fresco.
Además del sabor, hay un aspecto fundamental a la hora de escoger la mejor pasta de dientes para cada persona: su función.
Y es que, según las necesidades de nuestra salud bucal, podemos elegir entre varias pastas específicas, siendo las más comunes:
- Protectoras contra las caries
- Para el cuidado de las encías
- Fluoradas
- Para dientes sensibles
- Pasta de dientes infantil, que suele llevar una menor cantidad de flúor
En este punto, queremos aclarar que lavarse los dientes con bicarbonato o agua oxigenada es una práctica que debemos desechar.
Lo adecuado es adquirir pastas con certificación de calidad para evitar problemas bucodentales.
Por tanto, lavarse los dientes sin pasta no es lo más recomendable, pues no conseguiremos que la boca quede libre de restos de comida.
Respecto a la cantidad de dentífrico recomendable durante el cepillado, lo aconsejable es que la dosis sea similar al tamaño de un guisante.
Completa tu higiene oral: no olvides la lengua
Si queremos conseguir una higiene completa en casa, no podemos limitarnos a limpiar los dientes.
La lengua es una parte importante de la boca y, además, la que acumula un mayor número de bacterias.
Es por ello que no debemos olvidarla e incluirla también en las rutinas de higienización.
De hecho, existe un elemento diseñado específicamente para limpiarla: el raspador lingual.
Si bien es cierto que podemos cepillarnos la lengua con el cepillo, la eficacia de los raspadores es bastante mayor.
Para utilizarlo, basta con realizar movimientos de barrido desde la zona posterior de la lengua hasta la punta, por ambos lados, y después enjuagarnos con agua.
Fuente: https://www.clinicaferrusbratos.com/