Cepillarse los dientes cada noche antes de acostarse contribuye a que los niños adquieran buenas prácticas de higiene bucodental. Aunque el cepillado dos veces al día es bueno para los dientes en desarrollo, a veces no es suficiente para evitar que aparezca el mal aliento. La halitosis no siempre es un problema de salud bucodental, sino que puede tener otros orígenes que requieran una solución distinta. A continuación, exponemos cinco causas sorprendentes del mal aliento infantil y algunas formas de remediarlo.
Infección sinusal
¿Se queja el niño recientemente de dolor de garganta o congestión nasal? Podría tratarse de una infección sinusal. Los trastornos de los senos paranasales provocan que se acumule líquido en los conductos nasales y la garganta, por lo que esta se convierte en el lugar perfecto para que proliferen las bacterias. ¿Cuál es el resultado? Un aliento desagradable que no se soluciona con cepillado de dientes y enjuague bucal. Si sospecha que puede existir una infección sinusal (dolor de garganta, ardor en los conductos nasales y goteo posnasal), pida hora al médico. Es posible que le recete antibióticos.
Cuerpos extraños
Tal vez no sea lo primero en lo que piense, pero el mal aliento de su hijo puede ser el resultado de un objeto atascado en sus fosas nasales. Los niños son curiosos por naturaleza y sus fosas nasales son del tamaño adecuado para introducir artículos pequeños, tales como bolitas, frijoles, piezas de juguetes y comida. Según la Asociación Española de Pediatría, aunque no es frecuente, el origen de la halitosis puede encontrarse en la nariz o los senos paranasales. Cuando un niño pequeño presenta un olor nasal fétido, se debe indagar siempre si ha podido introducirse algún objeto en la nariz.
Amígdalas inflamadas
Con una linterna, eche un vistazo a la boca de su hijo: ¿Qué aspecto tienen las amígdalas? Si están sanas deben verse rosadas y libres de manchas, pero si están infectadas se vuelven rojas, se inflaman y pueden presentar manchas blancas y desprender mal olor. Las bacterias pueden acumularse en los pliegues de las amígdalas hinchadas y, junto con el olor ácido de la infección, producir mal aliento. Si ve las amígdalas hinchadas o rojas, debe examinarlas el pediatra. Posiblemente le recete un antibiótico para remediar el problema.
Sequedad bucal
Los niños son activos de por sí y, al corretear sin parar, a veces se olvidan de hidratarse. El mal aliento en niños que practican deporte con frecuencia se debe a la falta de líquidos. Si los niños no toman suficiente agua, su boca produce menos saliva y no logra deshacerse de las bacterias que causan el mal olor. Tal vez parezca insignificante, pero la falta de saliva también puede dar lugar a caries. Merece la pena prestar la atención necesaria a asegurarse de que los niños beban agua.
Problemas bucodentales: caries y gingivitis
Ni siquiera las mejores costumbres de cepillado e higiene oral son suficientes para eliminar el mal olor generado por la caries dental u otras infecciones bucodentales. Ya se trate de caries, gingivitis o llagas en la boca, las infecciones bucales pueden emitir un olor intenso. Los dentífricos infantiles evitan que estos problemas se extiendan, pero el cepillado no puede reparar una caries. Si sus hijos tienen caries, es hora de acudir al dentista.
No cometa el error de pensar que el mal aliento es debido a que sus hijos se saltan la parte más importante de la rutina habitual al acostarse. A pesar de un cepillado habitual, otros tipos de mal aliento pueden provocar que los cuentos para dormir sean desagradables. Infórmese, averigüe la causa del problema y tome las medidas apropiadas.
Fuente: https://www.colgate.es/